Bruselas forzará a los estados miembros a liberar la banda de 800 megaherzios para los servicios de comunicación electrónica. Alemania o Francia ya se han adelantado a hacerlo para potenciar la telefonía móvil de cuarta generación.
Esta red podría cubrir el servicio en zonas desasistidas que carecen de conexión alámbrica, lo que contribuiría a reducir la brecha digital. Solo la Unión Europea de Radiotelevisión ha mostrado su disconformidad, ya que teme que la medida puede crear interferencias con la señal audiovisual.
Bruselas espera que en 2020 todos los europeos disponga de conexiones de, al menos, 30 megabits por segundo, y que la mitad de ellos disfrute de un Internet a 100 mbps gracias a una nueva generación de conexiónes con fibra óptica.
El único escollo es el coste del despliegue de esta infraestructura. Según los cálculos de Bruselas, se requieren entre 180.000 y 270.000 millones de euros para hacer llegar la banda ancha a todos los hogares en 2020.
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